Un Bibliotecario que da de que hablar...

Reproduzco un reportaje escrito por Mildred Rivera Marrero, publicado hoy en la versión digital de el periódico El Nuevo Día, sobre un Bibliotecario puertorriqueño que enaltece la profesión con sus ejecutorias y compromiso con difundir el conocimiento.

En defensa permanente del conocimiento amplio
Por Mildred Rivera Marrero / end.mrivera1@elnuevodia.com

La filosofía de don Antonio es sencilla: “Si se lee, se aprende”.

Cuando en 1960 Antonio Rivera solicitó trabajo en el Departamento de Defensa estadounidense informó que había tratado de derrocar al gobierno por la fuerza, que pertenecía a un grupo terrorista y que tenía problemas mentales.

Su “confesión” sorprendió a la empleada que recibió su solicitud, quien lo llamó para pedirle una explicación porque “no todo puede ser tan malo en una persona”. No fue hasta entonces que Rivera se dio cuenta de los errores que tenían las tres solicitudes que era requisito enviar debido a que el papel carbón que colocó entre ellas se había movido.

Aun así y, luego de las explicaciones, le dieron una oportunidad como bibliotecario en la escuela de la base militar Ramey, en Aguadilla.

El hombre, natural de Santurce, había estado dos años en el Ejército estadounidense y había estudiado una maestría en ciencias de la información y bibliotecología.

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